Katherine Stone es una estadounidense de 20 años que necesita el dinero para comprar algo muy necesario para ella.
Una joven estadounidense firmó un contrato con un prostíbulo en el estado de Nevada para vender allí su virginidad, con un cliente que esté dispuesto a pagar 400.000 dólares. Su pedido monetario tiene una finalidad.
Katherine Stone, de 20 años, sueña con convertirse algún día en abogada, pero ahora sólo desea encontrar a ese hombre que cumpla con su exigencia monetaria.
Los 400.000 dólares (en realidad cobrará la mitad) los precisa para comprar una casa para ella y su familia, después que la perdieran un año atrás por un devastador incendio. La casa que la familia Stone tenía en Seattle quedó casi en ruinas, pero como no tenían seguro se ven obligados a continuar residiendo allí.
La prostitución es practicada a lo largo de todo Estados Unidos, pero Nevada es el único estado en el que se trata de una actividad legal, por eso la chica eligió ese lugar y ya está habitando en el prostíbulo.
Las cadenas de televisión estadounidenses se interesaron por el caso.
Si para muchos y muchas la virginidad debe perderse en un acto de amor y lo de Katherine suena a vil comercio, ella dice que es todo lo contrario. Que lo hace por amor: «Lo hago porque quiero a mi familia»..
El contrato de trabajo, firmado con un burdel legal del magnate Dennis Hof, estipula que la mujer deberá pagarle a su propietario el 50% del valor final de su servicio, valuado en 400.000 dólares.
Todo suena un poco extraño en la historia de Katherine. Es que en el contrato que firmó con el burdel, además de dejarle la mitad de los 400 mil dólares, firmó un permiso legal para proporcionar servicios que no incluyan relaciones sexuales. Y la chica reconoce que ya realizó «pequeñas fiestas» y «sesiones de masajes».
Sin embargo todavía no apareció el candidato que traiga 400 mil verdes. Y ella tiene una exigencia extra: «Además del dinero estoy esperando a un hombre con el que sienta conexión para que la experiencia sea especial para los dos».
La chica dice que lo hace por su familia.
Y para rematar lo que ya no es un poco, sino algo muy extraño, Katherine ya aclaró que después de vender su virginidad planea continuar trabajando en el prostíbulo: «Espero seguir trabajando allí por los próximos cinco años». ¿Y cuando va a estudiar para abogada? «Después de salir del prostíbulo», aclara ella.
El propietario de burdel, Dennis Hof, fue criticado por explotar a mujeres que se encuentran con necesidades económicas. Él lo niega: «Es su elección. No creo que sea buena idea para una chica beber seis tequilas y perder su virginidad en el suelo de un burdel, pero si ella lo desea, creo que está perfecto».
La chica afirmó que tiene derecho a elegir qué hacer con su cuerpo: «¿En esta preocupante economía me culpan?», concluyó.
Katherine con otras chicas que trabajan el el burdel.
La discusión está abierta, pero todo huele a raro. ¿Sus padres aceptan con alegría su medida? ¿Cómo se comprueba si ella es virgen? ¿No quiere ser prostituta y encubre su deseo con esta venta de su virginidad? ¿Porque después de lograr su cometido quiere seguir cinco años en el prostíbulo? ¿Porqué ya participó de pequeñas fiestas? ¿Venderá más veces su virginidad?
Muchos interrogantes y pocas respuestas. Katherine vende su virginidad. Algo que en realidad no tiene precio. No muchos años atrás era de un valor inestimable. Ahora, que parece que el amor no vale tanto, hasta se regala. Katherine se lo vende al mejor postor…
Fuente: http://muy.clarin.com/muy-curioso/vende-virginidad-dolares-causa-especial-136465.html
.